Logre mi primer Squirt a los 45 años

Hoy, con una felicidad parodójica, voy a compartirte cómo logré mi primer squirt a mis 45 años y, al final, te diré qué hice para lograrlo.

Fui una niña muy tranquila y pasiva, la más pequeña de varios hermanos ya adultos. Mi niñez fue normal, aunque con pocas amigas, tímida y reservada.

Recuerdo una vez, cuando tenía 7 años, salí de bañarme y, al pasar frente a uno de los cuartos cuya puerta tenía un pequeño espacio separado en la perilla, un cambio de luz desde adentro me hizo mirar por el orificio.

Fue entonces cuando vi a uno de mis primos cambiándose de ropa, pero en vez de asustarme, algo me hizo quedarme mirando. La verdad es que no sabía qué estaba viendo, pero me dio una risa nerviosa cuando vi su pene. Era grande, al menos para mis ojos, pero estaba colgando. Luego, para mi sorpresa, vi que se lo frotó y empezó a crecer, poniéndose grueso y firme.

Por mi edad, no comprendía lo que veía, pero mi risa pasó de lo divertido al silencio y la cautela. Algo instintivo me decía que no hiciera ruido. Sin saber por qué, comencé a tocarme e intentar meter mi dedito dentro de mi vagina. Te juro que olvidé que estaba en el pasillo.

No pasó un minuto cuando escuché un grito seguido de un golpe en mi hombro; era mi prima (la hermana del que estaba mirando), que me dio un regañazo y me acusó con mis padres. Creo que ese fue el trauma que impidió muchas cosas en mi vida sexual durante muchos años.

De adolecente, tuve varios amigos con privilegios, aunque nunca, nada pasó mas allá de algunos besos fugaces, hasta que conocí al que sería mi esposo. Fue entonces cuando comencé a explorar de lleno mi sexualidad, aunque con muchos obstáculos y dificultades, más bien del tipo  psicológicas.

Todo en mi vida sexual fue lento, no por mi pareja, sino por mis tabúes y falta de experiencia. Aunque parezca inverosímil, nunca he sido una mujer de masturbarse, ver porno y de mucha iniciativa sexual. Por alguna razón, el sexo para mí siempre ha sido algo más práctico que un arte ritual (tal vez por el golpe de mi prima… jajaja).

Durante los primeros 10 años de casada, jugábamos al sexo por toda la casa, hasta que un día mi esposo me propuso que “chateara de manera sexual” con algunas personas por internet. Al principio, me sentí algo extraña por la petición, pero accedí y, para ser honesta, entre los tragos y aquello que sentía (morbo), fue muy divertido. Sin contarles que la noche terminó salvajemente espectacular y los fines de semana de video cibersex se convirtieron en nuestras escapaditas sexuales.

Siempre me he dejado llevar; rara vez digo no a las propuestas que mi esposo me hace. Tal vez pase un tiempo, pero siempre termino diciendo que sí a la aventura. Fue entonces que descubrimos el sitio web www.Sdc.com, y puedo decir que fue un cambio de vida LITERAL.

No me malinterpreten, tampoco ha sido que tenemos el “sexo swinger” como deporte. Más bien, ese ambiente nos enseñó a conocernos, específicamente en lo que nos gusta y no nos gusta como pareja y qué es lo que queremos para nuestra relación y qué NO. Eso logró despertar cosas en mí que ni sabía que existían. 

Mi esposo me ha guiado por experiencias de placeres que jamás pensé vivir y he roto tabúes que JAMÁS pensaría que se podían romper. En el proceso, aprendí que soy multiorgásmica y que puedo “venirme”, o mejor dicho, tener orgasmos varias veces casi de corrido en una noche. Mi récord hasta ahora son 9. 😜

En este proceso de crecimiento, nos enteramos de que algunas mujeres mojaban la cama como si orinaran. Era algo que vimos mucho en las películas porno, pero nunca habíamos visto a una persona real. Eso me despertó la curiosidad de vivir la experiencia de un squirt y comprobar si se podía lograr.

Por más que lo intentábamos, nunca lo lograba. Simplemente no salía nada. A pesar de las cosas vividas, mis orgasmos, aunque placenteros, nunca terminaron en “squirt”.

Así que mi esposo y yo comenzamos a leer y ver videos explicativos, hicimos de todo, pero sin resultados. Hasta que un día participamos en un taller de squirt y la dama que dio el taller explicó el proceso de principio a fin algo de lo que ya habiamos escuchado por internet.

Así que practiqué las veces que pude, sola o con mi esposo. Al principio fue algo frustrante porque cada vez que sentía que iba a tener mi orgasmo y pensaba que saldría el chorro, no pasaba nada. Llegó un punto donde casi acepto que los squirts jamás serían parte de mi vida sexual.

Hace 2 meses (a la fecha de este escrito), mi esposo y yo jugábamos en la cama,

tranquilos, nos acariciábamos; él me tocaba, yo lo tocaba. Puso algunas cosas morbosas en internet que me encendieron, pero él no se apuró sexualmente.

Luego apagó la computadora, nos regresamos a la cama y yo estaba de rodillas sentada en mis talones y él frente a mí.

Empezó a besarme el cuello, a tocarme con calma, pero sobre todo a contarme una de sus fantasías mientras me tocaba y acariciaba el clítoris.

Hablaba, lamía mis pezones, pasaba su dedo suavemente por mi culo y mi vagina. Seguía contando su fantasía mientras lubricaba su dedo con saliva y frotaba mi clítoris con maestría.

Entonces metió dos dedos dentro de mí y, haciendo un movimiento en vaivén a la vez que articulaba sus dedos en la pared interna superior de mi vagina, me agarró fuerte por el pelo y comenzó a besarme intensamente mientras su mano se aceleraba dentro de mi. 

Yo, honestamente, estaba super, mega, archi excitada con todo lo que hacía. Me dejé llevar, dejé de escuchar y de hacerme consciente de dónde estaba y, sin avisar, el orgasmo llegó con un fuerte chorro que hizo que literalmente me debilitara al punto de perder la fuerza corporal por un segundo.

Mi esposo, sorprendido, me sostuvo en sus brazos mientras recupere la fuerza y el aliento. Se quedó sin palabras y de un brinco fue a prender la luz. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que la cama estaba bien mojada. No estoy hablando de par de gotitas… hablo de “what the hell happened here” jaja Simplemente nos reímos y celebramos.

Puede sonar algo estúpido para algunos, pero para mí lo considero un “logro” en mi lista de cosas por hacer.

Ahora, meses después, el 98% de las veces acabo en squirt y, aunque no soy una experta, comparto lo que he descubierto y  me funcionó.

Si pudiera darte 3 claves para lograr el squirt serían las siguientes: La primera: tienes que estar bien, bien, bien excitada. Ese juego previo, tanto psicológico como físico, es de lo más importante. La segunda: mantente hidratada, bebe agua hasta que orines sin color. Yo pensaba que no, pero beber mucha agua te ayudará bastante. A veces, cuando te estás masturbando o tu esposo te masturba, puede que sientas como una sensación de orinar, pero relájate, esa es tu señal para saber que te está tocando en el sitio correcto. 

La tercera: relájate y empuja; cuando te vayas a venir. Busca que te sientas rico, estremécete y deja que todo fluya. Tal vez si haces esto que te comparto, esta noche no hagas el squirt, o tal vez sí pero es el comienzo de otro cambio en tu vida.

También debes considerar que, al igual que la eyaculación masculina, el squirt va a variar en cantidad, intensidad y frecuencia. Es decir, algunas solo mojarán la cama como cuando se rompe un globo con agua, otras solo unos mililitros y otras parecera que están orinando el cielo.

Nota que si al momento del orgasmo tu mano o la mano de tu chico están mojadas, aunque sea solo poco, ya estás en buen camino para lograr el squirt muy pronto.

Pero NO dejes de intentarlo; el squirt es un mecanismo fisiológico que TODAS PODEMOS LOGRAR. 

Me hago disponible si tienen preguntas me puede escribir por el inbox de esta web o mejor aun...

¿Qué les parece si organizo un taller de squirt? Bueno mas bien seria con un Conversatorio pero practico. Dejenme saber. en este formulari

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